viernes, 10 de septiembre de 2010

En la madrugada

Junio lloraba a media noche y sus lamentos relampaguearon en mis ojos


Ruido desolador de los llantos adoloridos, alejados de las almas gozosas

Abrazado por la tenue y triste luz de una vela roja, la llama me tendió su mano

Ardiendo mi cuerpo en el calor por la ausencia que dejaste, me encontré sólo

Y tu vestido azul me abrazo cuando mis mejillas se humedecieron

Y tus botas cafés me siguieron hasta el rincón donde un día me hiciste el amor

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